Muchas personas, cuando intentan perder peso, simplemente reducen las calorías y comienzan o aumentan la actividad física. Si bien no entraremos en una estrategia en este momento, una cosa que las personas a menudo descuidan en su deseo de perder peso es el funcionamiento saludable del microbioma intestinal. Un intestino sano es una de las áreas principales que deben abordarse al considerar no solo la salud; sino también la pérdida de peso (grasa).Esto se debe a que el microbioma intestinal controla e influye en gran parte de lo que sucede en nuestro cuerpo. Incluso si una persona consume muy pocas calorías, si estas calorías no se curan ni promueven una buena salud intestinal, la verdadera pérdida de grasa se verá muy obstaculizada.
Probablemente hayas escuchado el término “eres lo que comes”. Sin embargo, esto se trata más de lo que puede digerir y asimilar el cuerpo. El intestino es responsable de este proceso digestivo y si no funciona de manera óptima, la salud y el peso pueden sufrir mucho.
Una gran parte del microbioma (también conocido como bacterias saludables o probióticos) se encuentra en el intestino. Estas bacterias saludables influyen en todas las células, órganos y sistemas del cuerpo. Controlan la digestión, la asimilación de nutrientes, la inflamación, la producción y el equilibrio de hormonas y mucho más. Si estas bacterias saludables están estresadas, superadas en número y no pueden hacer su trabajo de manera eficiente, el resultado puede ser una serie de problemas como aumento de peso, fatiga, mala digestión, inflamación, desequilibrio hormonal y mucho más.
La conclusión es que si necesitas perder peso, es vital que tus bacterias intestinales amigables puedan funcionar bien; un intestino inflamado, sobrecargado de bacterias malas y tóxico va a crear una situación que impedirá perder mucho peso, especialmente de grasa.
Evita:
- Refrescos y bebidas azucaradas
- Bebidas energizantes
- Alcohol
- Azúcares blancos, procesados y agregados
- Granos blancos, procesados, refinados y carbohidratos
- Grasas trans (también conocidas como aceites hidrogenados)
- Aceites vegetales (aceite de canola, aceite de cártamo, aceite de girasol, aceite de soya)
- Productos lácteos altamente procesados
- Antibióticos
- Estrés crónico
INCLUYE:
- Grasas antiinflamatorias saludables
- Alimentos integrales, sin refinar
- Prepare los alimentos de una manera saludable y de fácil digestión (al vapor, asados o cocidos a bajas temperaturas)
- Consuma de 8 a 12 porciones de vegetales al día
- Incluya un mínimo de 1 a 2 porciones diarias de alimentos fermentados tradicionalmente (chucrut, kombucha sin azúcar, encurtidos fermentados)
- Disminuir todas las formas de estrés y participar con frecuencia en actividades para reducirlo, como la meditación.
- Coma despacio, mastique completamente y no coma cuando esté estresado
- Mucha agua (aproximadamente 1 taza de agua por hora)
- Duerma lo suficiente (de 7 a 8 horas por noche)
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