¿Qué es la moringa?
Conocida coloquialmente como el árbol de ben, el árbol de rábano picante, el árbol de verduras, el árbol de baquetas e incluso el “árbol de nunca morir”, Moringa es una pequeña especie de Asia Central valorada en la medicina ayurvédica por sus propiedades medicinales. Actualmente existen trece variedades del árbol de moringa, pero una especie (Moringa oleifera) es, con mucho, la más común.
Parte del renombre de Moringa hoy proviene de su reputación de ser un sobreviviente. Esta planta sorprendentemente resistente prospera incluso en suelos pobres y condiciones de sequía, puede crecer hasta 10 pies por año y se recupera rápidamente después de la cosecha. De hecho, muchas comunidades talan regularmente árboles de moringa hasta el tocón para alentarlo a desarrollar una maleza tupida que sea perfecta para el forraje animal.
Toda la planta de moringa es comestible, incluida la corteza, flores, raíces, semillas y frutos. Comidas crudas, las hojas de moringa tienen un sabor picante que recuerda a los berros, y cuando se cocinan adoptan la consistencia de las espinacas. Sin embargo, para aquellos en América del Norte, la forma más común de encontrar esta maravillosa planta es como un suplemento en polvo hecho de las hojas.
Gracias a sus tendencias de rápido crecimiento y bajo mantenimiento, la moringa es una fuente de nutrición óptima para las comunidades de todo el planeta, y una adición frecuente a los programas diseñados para combatir la desnutrición en India, África y América Latina. Sin embargo, los impresionantes beneficios para la salud de la planta significan que casi todos deberían considerar agregarlo a su dieta.
Rica en nutrientes
Las hojas de moringa recién picadas le brindan una nutrición casi insuperable en el mundo vegetal. Solo una taza contiene el 19% de su valor diario recomendado de vitamina B6, el 11% de hierro y vitamina B2 y el 9% de sus requerimientos de vitamina A y magnesio.
Igualmente impresionante es el contenido de aminoácidos de la moringa. Como proteína completa, se considera que la planta tiene la relación proteica vegetal más alta conocida, lo que se acerca en equivalencia a la proteína que se encuentra en los productos animales. Y debido a que la moringa no es alergénica, es la opción perfecta para quienes eligen evitar los alimentos a base de soya.
Combate el daño de los radicales libres
La investigación muestra que las hojas de moringa contienen grandes cantidades de antioxidantes como flavonoides y polifenoles, lo que los hace ideales para defenderse del estrés oxidativo y el daño celular. Los compuestos de la planta también pueden suprimir las enzimas inflamatorias que son activadas por los radicales libres. Esto reduce su riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como artritis, obesidad, ciertos tipos de cáncer e incluso enfermedades cardíacas.
Apoya la salud del cerebro
Gracias a los altos niveles de antioxidantes y vitaminas E y C, la moringa es un neuro-potenciador natural que incluso ha demostrado potencial como tratamiento para la enfermedad de Alzheimer. Esto se debe a que sus compuestos naturales pueden combatir la degeneración neural y mejorar el funcionamiento del cerebro al tiempo que mejoran el funcionamiento de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.
¿El resultado? un cerebro más saludable que puede controlar mejor su estado de ánimo, las respuestas al estrés y los procesos físicos como la circulación y la digestión.
Reduce los síntomas de diabetes
Un polvo de hoja concentrado puede reducir los niveles de azúcar en la sangre, lo que significa que funciona para regular los niveles de estrés oxidativo en pacientes diabéticos y proporciona protección contra el daño celular.
No se necesita mucha moringa para marcar la diferencia en la diabetes. Un estudio reveló que tomar 1,5 cucharaditas de polvo de hojas al día durante tres meses redujo los niveles de azúcar en la sangre en casi un 14 por ciento, y otro encontró que agregar 50 gramos de hojas de moringa a una comida al instante evitó que el azúcar en la sangre aumentara en un 21%. Agregue un poco de moringa a cada comida, y sus niveles de azúcar en la sangre deberían descender a niveles seguros.
Protege el hígado
Las altas concentraciones de polifenoles en las hojas y flores de moringa tienen un gran beneficio para el cuerpo: protegen el hígado contra la toxicidad y el daño. Como el hígado es responsable de la desintoxicación de la sangre y el metabolismo de las grasas, mantenerlo funcionando correctamente es primordial para una buena salud. Al revertir la oxidación, la moringa puede reducir el riesgo de fibrosis y restaurar las enzimas hepáticas a niveles normales al tiempo que aumenta el contenido de proteínas del hígado a niveles normales.
Piel más clara & saludable
Una dieta rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 puede hacer milagros en la piel, y la moringa tiene una gran cantidad de ambos. Estos compuestos promueven la producción y regeneración celular saludable mientras reducen la inflamación, retienen la flexibilidad y previenen la formación de arrugas. El cabello, cuero cabelludo y uñas también se beneficián, gracias al contenido de aminoácidos de la moringa y su capacidad para promover la circulación sanguínea a través del cuero cabelludo, lo que mejora la cantidad de nutrientes que puede absorber.
Mejora motilidad intestinal
El árbol de moringa está lleno de fibra, lo que significa que comer porciones regulares te mantendrá regular. Cada porción tiene más de un cuarto de contenido de fibra, por lo que agregar moringa a su dieta diaria mantendrá su colon funcionando como debería.
Las mejores formas de usar Moringa
La moringa tiene un sabor suave a nuez, por lo que es perfecta para aumentar sutilmente el contenido nutricional de tus platos favoritos. Puede espolvorear moringa en polvo en sopas y salsas o agregar una cucharada a su batido matutino. Si prefiere una mezcla más reconfortante, considere disolverla en agua caliente para un té relajante. O simplifique las cosas tomándolo en forma de cápsula como un multivitamínico.
Si bien todo el árbol de moringa es seguro para comer, preste atención a la cantidad que consume, ya que demasiado a la vez puede producir un efecto laxante leve si el cuerpo no se ha adaptado a él. Conserve menos de una cucharadita al día hasta que vea cómo responde su sistema digestivo y aumente lentamente su dosis.
Los “superalimentos” abundan hoy en los estantes de las tiendas de comestibles, pero la moringa sigue siendo única en su clase. Al agregar esta planta maravillosa a la alimentación regular, te beneficias de casi todos los sistemas fisiológicos.
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